Barcelona capital mundial de la cultura compartida. Artistas y personajes de todos los ámbitos de la cultura nacional e internacional participan en una gala con sorpresas de todo tipo para pedir que la cultura cese de ser una mercancía en manos de los lobbies de la industria cultural y de las entidades de gestión.  En nombre de los “artistas”, se ponen las trabas a nuestro acceso al conocimiento, pero los artistas no las respaldan. La sociedad civil reclama el lucro cesante de todo el conocimiento que se esta reteniendo y sustrayendo al uso público en nombre de beneficios privados. No queremos cultivar generaciones de parásitos culturales, queremos un territorio cultural vivo y productivo.